Nutrición deportiva saludable y optimizada para los entrenamientos
Una vez pasadas las Navidades, a todos nos gusta empezar el año quitándonos esos quilos que hemos cogido, y de qué mejor forma que haciendo deporte. Pero, si de verdad queremos empezar el año de forma saludable, a esto debemos añadirle la alimentación, la cual debe ser saludable y optimizada para los entrenamientos.
La alimentación es una rama muy importante para cualquier persona, pero si hablamos de los deportistas todavía más. Y, aunque cada deporte necesita unas adaptaciones distintas, todos tienen un factor común, la dieta equilibrada.
Una dieta equilibrada cubre todas las necesidades del deportista, tanto de macronutrientes (grasas o lípidos, las proteínas y los carbohidratos o glúcidos) como de micronutrientes (vitaminas y minerales). Aporta la energía necesaria, no hace ni ganar ni perder peso, es variada e incluye todos los grupos de alimentos importantes (verduras, frutas, cereales, huevos, pescados, frutos secos, lácteos y derivados y aceite de oliva).
Esta buena alimentación también ayudará a disminuir las lesiones mediante el control del aporte energético y la calidad de los alimentos y a un mayor rendimiento mental (rendimiento que es casi tan importante como el físico).
Para esta alimentación:
- Toma alimentos saludables
- Hidrátate bien
- Centra tu alimentación, preferiblemente, en alimentos naturales
- Las frutas y verduras son una prioridad, te aportarán minerales, vitaminas, fibra, antioxidantes y fitonutrientes
- Planifica bien tus comidas, sino comerás lo que te apetece en cada momento
- Las proteínas son imprescindibles
Importancia de las comidas antes y después del ejercicio
Pero, lo importante no son sólo los alimentos que se consumen. El número de veces que come un deportista a lo largo del día también tiene un impacto en su rendimiento y en la capacidad de recuperación de su cuerpo.
Las comidas de antes y después del ejercicio son las más importantes. Lo más aconsejable es comer alrededor de dos horas antes del ejercicio. Esta comida debe ser rica en carbohidratos, baja en grasas y moderada en proteínas.
Los carbohidratos son la principal fuente de energía que requiere el ejercicio, y las proteínas ayudan en el crecimiento muscular y la reparación.
Después de hacer ejercicio hay que asegurar la recuperación muscular mediante las proteínas.